En este notable “combate de bebés” hay mucho más que lo que parece.
Guido Reni, Angelotes en lucha. Óleo sobre lienzo, 120 x 152 cm, Galería Doria Phampilj, Roma.
Seis bebés desnudos, de los cuales tres tienen alas, pelean sobre un fondo oscuro. Según el contexto, clásico o cristiano, estas figuritas son denominadas putti o angelotes, respectivamente. Las alitas son las que sustraen a los personajes de un contexto pedestre. Los alados se enfrentan a otros tres infantes de piel más oscura, sin alas, que al parecer son más fuertes. La primera lectura que podríamos hacer es que estamos presenciando la lucha entre el bien y el mal, en la que el pintor, Guido Reni, se apoya en la antigua y lamentable tradición artística de asignar al mal los tonos oscuros y al bien, los claros.
Hay, también, objetos representados que posibilitarán otra lectura. En el suelo se ve un carcaj, un arco y flechas, atributos de Eros, deidad griega del amor –como puede verse en el detalle de la obra La Primavera, de Botticelli, más abajo–. Este dios, Cupido para los romanos, dispara flechas con punta de oro para encender el amor en las parejas, o de plomo para separarlas. Dado que en este caso no es uno sino tres, los angelotes alados son denominados erotes.
Detalle de
La Primavera de Sandro Botticelli. Temple sobre tabla, 2,03 x 3,14 m, Galería Degli Uffizi, Florencia.
Por otro lado, en la parte superior de la obra se ven copas de vino y viñas. En las tres parejas en lucha, los putti sin alas van ganando y conservan una posición de superioridad, que los relaciona por cercanía con estos nuevos atributos, convirtiéndolos en pequeños discípulos del Dionisos (HIPERVINCULO A KYLIX DE EXEKIAS) o Baco, dios de la embriaguez y la exuberancia. En síntesis, estamos ante la lucha entre el amor y el exceso.
Otra posibilidad es considerar a los putti alados como imágenes relativas al concepto de “lo celestial”, y a las otras, de “lo terrenal”. Esto nos remite a la muy placentera lectura de El Banquete de Platón; en este texto, seis invitados a un simposio exponen su interpretación sobre qué es el amor. Quien nos interesa en este punto es Pausanias: él establece la oposición entre el “amor celestial”, el de las ideas y el alma, contra el “amor terrenal o vulgar”, que es sensual, arrebatado y corpóreo.
Representaciones como ésta se remontan a la Antigüedad con el nombre de “Lucha entre putti plebeyos contra putti nobles”. Como ya establecimos, desde tiempos muy remotos la piel o el pelo oscuros se asociaban con el mal. Sin embargo, la novedad de esta obra es que el artista pintó a estos angelotes en forma triunfante; cuando en muchas ocasiones era habitual que, en el arte, el bien triunfe sobre el mal.
El motivo es probablemente autobiográfico. Después de una disputa entre el artista y el embajador español, Guido Reni fue encarcelado. El marqués Facchinetti de Bolonia había intercedido por la liberación del artista, y posiblemente el agradecimiento fuera el motivo de esta pintura. Siguiendo esta versión, los angelotes oscuros son símbolos del tipo popular y no del mal, y se ven triunfantes sobre los otros, pálidos y de origen nobiliario, representantes del embajador español.