Las utopías suelen pensar sociedades justas y perfectas, en armonía con los deseos de una comunidad. No siempre se cumplen, pero sus rastros documentales permiten observar los imaginarios que marcaron a las personas en su tiempo.
Utopías de Buenos Aires recupera los proyectos arquitectónicos y urbanísticos de quienes diseñaron el lugar en donde se elaboran las políticas públicas, además de presentar calles, diagonales y bellos edificios de estilos diversos. En este caso se trata de una ciudad que funciona como centro administrativo del país, con sus tribunales, ministerios, el Congreso Nacional, casas matrices de empresas y centros financieros. No es un dato menor porque la muestra realizada en el Espacio Cultural BCN recupera los planos que quisieron trasladar la capital a Viedma y Carmen de Patagones. Una decisión política que no prosperó durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
Así, estas utopías dan cuenta de esa relación entre poderes siempre en disputa. Todo dentro de un mismo espacio de circulación al que se suman confiterías, plazas, teatros y obras que sintetizan también una cultura de mezcla con raigambre principalmente europea por las oleadas inmigratorias, que produjeron un patrimonio propio. Esa síntesis entre lo universal y lo particular es la que caracteriza hoy a la Ciudad de Buenos Aires.
La curaduría realizada por el Arq. Ramón Gutiérrez con los archivos del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (CEDODAL) puede verse en su Catálogo con la reproducción de 16 planos originales y 25 planchas sobre proyectos inconclusos, como poner góndolas venecianas en la Plaza de Mayo.