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Recordando a Elsy, la escritora que hablaba con los chicos


Elsa Isabel Bornemann fue una escritora argentina (1952-2013) cuyas obras estuvieron destinadas tanto a la infancia, a la adolescencia como a la adultez, tratando en sus cuentos o poesías diversos temas como el amor, el terror o el humor. La autora prohibida durante la dictadura dejó piezas fundamentales para entender, disfrutar y gozar la libertad con todos los sentidos alerta. La BCN la recuerda con una muestra entrañable en la Sala Pública de lectura.

Por Johanna Accinelli

  




Elsa Isabel Bornemann obtuvo el título de Maestra Normal Nacional en la Escuela Normal N° 11 “Ricardo Levene”; se recibió de Licenciada en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, se doctoró y obtuvo varios diplomas de estudio en idioma inglés, alemán, italiano, latín, griego clásico y hebreo. Muchas de sus obras han sido publicadas en varios países de América Latina, Europa, Estados Unidos, Israel, y Japón. Títulos como El último mago o Bilembambudín y Disparatario fueron seleccionados para integrar la lista The White Ravens, el catálogo global más relevante que selecciona las principales obras de la literatura infantil y juvenil. 



Su libro
Un elefante ocupa mucho espacio fue censurado durante la última dictadura militar Argentina, y Elsa Bornemann pasó a integrar la lista de autores prohibidos. ​Ese texto integró la Lista de Honor de 1976 de la Organización Internacional para el Libro Juvenil (International Board on Books for Young People, IBBY). Resulta difícil seleccionar obras para mencionar porque todas son destacadas, pero entre ellas se encuentran: Socorro, Palabracadabra, Los grendelines, Queridos monstruos, Cuentos a salto de canguro, La edad del pavo, Disparatario, Mil grullas, entre tantas otras.

Sus historias tienen una llegada especial en niños y niñas, porque aborda las temáticas que ellos atraviesan en su vida cotidiana, tomadas de la realidad a través de las experiencias con las que van descubriendo el mundo, con personajes “queribles” con los que se pueden identificar y que quedan en la memoria de los pequeños lectores. Así, por ejemplo, en los quince cuentos de Lisa de los Paraguas encontramos a una niña que ama la lluvia, un ratoncito pintor, un gallo de plumas violetas, o una jirafa que amanece con tortícolis. En la mayoría de sus cuentos, la misma autora suele hacer una carta donde adelanta la historia o cuenta cómo se le ocurre “imaginar y soñar (y –por lo tanto– vivir) bellos disparates” (Disparatario). Al convocar al lector directamente en estas “breves cartas”, éste deja de ser meramente un receptor, adoptando un rol activo y transformando la lectura en responsable y creadora.

Su libro No somos irrompibles refleja la sensibilidad de su escritura, de sus pensamientos, de la manera de acercarnos a reflexionar sobre la misma existencia, haciendo que su lectura no se limite a la edad de la infancia:

     


    

Los cristales pueden romperse.

A veces, basta un golpe de abanico.

Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla.

Se rasgan los papeles…

Se rompen los plásticos…

Se rajan las maderas…

Hasta las paredes se agrietan, tan firmes y sólidas como parecen.

¿Y nosotros?

Ah…. Nosotros tampoco somos irrompibles.

Nuestros huesos corren riesgo de fracturarse, nuestra piel puede herirse…

También nuestro corazón, aunque siga funcionando como un reloj suizo y el médico nos asegure que estamos sanos.

¡CUIDADO! ¡FRÁGIL! El corazón se daña muy fácilmente”.

 

El lector queda lleno de interrogantes sugeridos porque la autora logra recrear los mundos subyacentes a cada personaje de una manera poética y humana, haciendo que la fantasía se acerque a la realidad y explorando el mundo interior.


La sala juvenil “Elsa Bornemann” de la Biblioteca del Congreso de la Nación lleva su nombre en honor a esta escritora argentina que ha trascendido las fronteras de la literatura infantil y juvenil argentina e hispanoamericana. Allí se puede consultar su vasta bibliografía además de visitar la muestra
Mil grullas para Elsy que la recuerda a los 10 años de su fallecimiento. Hasta el mes de agosto se exponen algunas de sus primeras ediciones, manuscritos, fotos familiares, objetos e ilustraciones de sus libros.


En este año particular donde se conmemoran los 40 años de democracia argentina también se pueden consultar sus libros prohibidos en aquel entonces, que junto al resto de su obra la sitúan entre los más destacados escritores de la lengua castellana.


Seguí leyendo: Mil Grullas



El presente artículo pertenece a la Revista BCN N° 13



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