El pasado 9 de mayo del corriente año se concretó la donación del fondo personal del Mayor Bernardo Alberte a la Biblioteca del Congreso de la Nación, lo cual representa un importante logro y crecimiento para seguir ampliando nuestro fondo documental.
Bernardo Alberte fue militar, teniente coronel del Ejército Argentino, designado Edecán del Presidente Juan Domingo Perón en 1954. El 16 de junio de 1955 encabezó la defensa militar del gobierno constitucional durante los bombardeos de la aviación naval a Plaza de Mayo y Casa de Gobierno. Luego del golpe de estado de septiembre del mismo año, leal al líder justicialista, fue perseguido, encarcelado y exiliado en Brasil. Regresó a la Argentina en 1958 y se incorporó de inmediato a la resistencia y reorganización del peronismo. En 1967 fue designado por Perón, desde el exilio en España, como su delegado personal y Secretario General del Movimiento Peronista. Apoyó a la tendencia revolucionaria, al sindicalismo combativo y trabajó fuertemente para lograr el regreso de Perón a la Argentina. El 24 de marzo de 1976 fue asesinado por efectivos del Ejército y la Policía Federal, convirtiéndose en la primera víctima del terrorismo estado implado por la última dictadura cívico-militar en Argentina.
Los papeles del fondo personal del Mayor fueron recuperados por su hijo tras largos años. En ellos se encuentran numerosos documentos de gran valor histórico, fuentes de información de una época de censura, persecución y proscripción política. Se destaca una importante cantidad de cartas entre Alberte y Perón, así como también mensajes, comunicados, fotografías e informes sobre la situación argentina que Alberte elaboraba o compilaba para enviar a Madrid.
La Biblioteca del Congreso de la Nación trabajó primeramente sobre la digitalización de una selección de documentos de este archivo, que hoy ya se encuentra disponible para la consulta. Estos archivos, tras la firma del convenio de donación, junto a otro lote de cajas de documentos, comenzaron a formar parte de patrimonio de la institución, lo cual permitirá iniciar tareas de tratamiento sobre material físico para su preservación, conservación y acceso completo al material.
Sin dudas, este logro va en línea con la política y gestión de la Biblioteca del Congreso de preservar el patrimonio histórico y cultural de nuestro país y de garantizar el derecho de acceso a la información y el conocimiento.