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El manuscrito del libro de Ramón Escobar Taquigrafía Castellana ingresa al catálogo de la BCN


La Biblioteca del Congreso pone en valor y a consulta la digitalización de una pieza única. Se trata de Taquigrafía Castellana, un manuscrito elaborado por Ramón Escobar, quien modernizó el método de transcripción en tiempo real durante la primera mitad del siglo XIX.

Ramón Escobar asistió al curso de Francisco de Paula Martí, el creador del sistema taquigráfico español. A partir de esto, actuó como taquígrafo en las Cortes de Cádiz. Se exilió en Gibraltar y allí, en España, junto a Ramón Nadal, conoció a Bernardino Rivadavia, que estaba en el peñón encargado de contratar taquígrafos para Buenos Aires. 

En 1824, ambos desembarcaron en Argentina, se los designó oficialmente taquígrafos del Congreso y muy pronto presentaron la primera versión taquigráfica de la historia legislativa. En 1833, Escobar inauguró la Escuela de Taquigrafía.

Lo más significativo y de nuestro interés es la redacción del tratado Taquigrafía Castellana, presumiblemente en 1840, con una impecable caligrafía española, donde Escobar reformuló de forma sustancial la teoría de Martí, con acuerdo de este. De escribir por letras se pasó a hacerlo por sonidos o por sílabas, iniciando una técnica que otros autores adoptarían.

La obra es considerada una joya artística, caligráfica y estilística. Así lo creyó el historiador y escritor rioplatense Raúl Montero Bustamante, presidente de la Academia Nacional de Letras del Uruguay entre 1943 y 1958.

Escobar le donó el manuscrito a Emilio Inzaurraga, primer director del Cuerpo de Taquígrafos del Senado argentino, quien lo conservó hasta su muerte. Sus herederos lo traspasaron a Miguel Palant (cuya biblioteca se encuentra disponible en la Sala de Colecciones Especiales de la BCN), quien decidió que fuese a una biblioteca uruguaya, ya que en el país vecino “el método Escobar” había tenido mucha difusión. La condición fue que se editara en Uruguay.

Continuó así la trayectoria del manuscrito y llegó en 1951 a manos de Avenir Rosell, renombrado taquígrafo uruguayo. Cumpliendo con el propósito de la publicación, contactó a la Revista de la Biblioteca Nacional de Uruguay para su difusión, donde se publicó parcialmente, sin las láminas que acompañaban al manuscrito original. Nunca se llegó a concretar la edición con la separata que, en ocasión del centenario del Cuerpo de Taquígrafos uruguayos, se había proyectado.

En suma, no existe ninguna copia del manuscrito en su totalidad (con las láminas), aunque sí hay registro de una copia mecanografiada en la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina.

El recorrido de la obra pasó de Ramón Escobar a Emilio Inzaurraga, Alberto y Alejandro Inzaurraga, Miguel Palant, Avenir Rosell, Nora Rosell y Jorge Bravo, quien puso a disposición la pieza para su correcta preservación y digitalización. Según explicó este último, hasta la intervención de la BCN no había evidencia material ni digital de la obra completa en ninguna institución. 

En el marco de la autorización de digitalización del libro Taquigrafía Castellana, celebrado entre la Biblioteca del Congreso de la Nación y el Sr. Jorge Bravo, propietario de la obra y ex Director General de Taquígrafos del Senado de la Nación Argentina, el Laboratorio de Preservación y Conservación recibió el manuscrito con el fin de garantizar su puesta en valor e incorporarlo al catálogo en línea. Este puede consultarse en el catálogo. 


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