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Cuadro de castas: Español e india produce mestizo

Hoy vamos a referirnos a los llamados “cuadros de castas” que conforman un total de hasta 16 lienzos en los que se ejemplifican los entrecruzamientos que se producen en la América virreinal (especialmente en México, aunque también algunos originarios de Perú) entre los distintos pobladores que habitaban estas tierras. 

Recordemos que además de los españoles y nativos de los diferentes grupos étnicos, la corona española introdujo esclavos africanos de distintas regiones y pertenecientes a diversos pueblos.

Algunos investigadores consideran que estas clasificaciones se deben al afán de un ordenamiento difundido por la Ilustración del siglo XVIII. Otros, en cambio, consideran que estas pinturas tienen un carácter discriminatorio que le dan preponderancia al español y criollo, otorgando un carácter inferior a los habitantes pertenecientes a otras etnias. En ocasiones, éstos son mencionados con nombres peyorativos y relativos a animales, tales como lobo o coyote. En otras se refieren a ellos con denominaciones pertenecientes a otros pueblos de otros continentes como moriscos, chinos, etc. Estos cuadros son muy numerosos en el Virreinato de Nueva España, cuya capital era México y en donde se concentraba la mayor población de españoles de clase acomodada.

En el caso estrictamente peruano, esa terminología no es tan frecuente; se acude a denominaciones en las que se expresa el grado de mestizaje. Por ejemplo, segundón de mestizo, tercerón de mestizo, etc., señalando la proporción de blanco y personas de otras etnias que posee el personaje.

Las obras están compuestas por tres figuras: padre, madre y el hijo resultante de esta pareja mixta.


Español e india produce mestizo. Cristóbal Lozano. Lima, 1770

Vemos que en la pintura se presentan tres personajes de medio cuerpo: el padre (español) la madre (india) y el hijo de ambos (mestizo), retratados sobre un fondo neutro.

El caballero luce un atuendo europeo con una chaqueta de tono gris abotonada al frente, al igual que el chaleco y la camisa adornada con puntillas y una capa negra. Luce un tocado blanco que llevaban dentro de la casa. La mujer tiene una vestimenta característica de su pueblo: túnica azul, poncho o manto con franjas rojas, amarillas y blancas adornadas con motivos abstractos y una especie de cofia a franjas rojas, amarillas y verdes con dibujos geométricos. El niño luce la vestimenta típica de los bebés de la época: camisa blanca, falda rosada y una faja roja; de su cuello pende un rosario como señal de su condición de cristiano. Tiene un sonajero en su mano derecha.

La escena transmite paz y armonía entre los protagonistas: el caballero le ofrece a su mujer un topo o tupu, es decir un alfiler para sujetar el manto a manera de obsequio. Su esposa está sonriendo a manera de agradecimiento y el niño, único personaje que mira al espectador, transmite su felicidad.
En lo alto se inserta la inscripción: “Español – India serrana. O Caferada. Produce Mestizo”.

Como podemos apreciar, este tema es uno de los ejemplos del mestizaje que tanto en Perú como en México tuvieron gran difusión a partir de las últimas décadas del siglo XVII y hasta fines de la centuria siguiente.

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