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Ciclo: Solo los amantes sobreviven


En tiempos donde la realidad se torna incierta y sesgada, el amor abre una compuerta: sobrevive al paso de los años, a enfermedades y obstáculos, renueva energías y, tal como el cine, nos acerca otra realidad posible.
En esta selección de marzo, presentamos historias donde solo los amantes sobreviven.


Solo los amantes sobreviven (2013), de Jim Jarmusch


Este filme, escrito y dirigido por Jim Jarmusch, fue nominado para la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes de 2013. Narra la historia de Eve (Tilda Swinton) y Adam (Tom Hiddleston), una pareja de eternos amantes vampiros, frágiles y sensibles, que se tienen el uno al otro como soporte y motivación en sus largas y eternas vidas. Ambos intelectuales, amantes de la música, la ciencia y la literatura, han evolucionado a un nivel en el cual ya no matan para su sustento, pero aún conservan su salvajismo innato. El precario equilibrio en las vidas de Adam y Eve se ve amenazado por la llegada de Ava (Mia Wasikowska), la pequeña e incontrolable hermana menor de Eve. Mientras su mundo se desmorona a su alrededor, estas astutas pero frágiles criaturas de la noche intentarán seguir existiendo, antes de que sea demasiado tarde. 



Dos amantes (2008), de James Gray


Leonard (Joaquin Phoenix), un joven psicológicamente inestable, vuelve al hogar de su infancia en Brooklyn intentando recuperarse de su última crisis. Inesperadamente, dos mujeres entrarán en su vida: Michelle (Gwyneth Paltrow), una bella y sensual vecina con un halo de misterio que parece no encajar en el aburrido barrio donde vive Leonard, y la encantadora y sencilla Sandra (Vinessa Shaw), hija del nuevo socio de su padre. El amor de Leonard se debatirá entre la complicada y emotiva Michelle y Sandra, la chica perfecta a ojos de su familia.

James Gray, fiel a sus obsesiones que marcan toda su filmografía, indaga en la problemática de las relaciones familiares. Lo interesante de esta mirada al sempiterno drama romántico es el sello que el director norteamericano le imprime, al separarse de todos los estereotipos propios del género. Huye del relato fácil de unos enamorados y nos ofrece una mirada realista, quizás descarnada, sobre el amor.



2046 (2004), de Wong Kar-Wai


Un escritor que creía escribir sobre el futuro, en realidad estaba escribiendo sobre el pasado. En su novela, un misterioso tren salía esporádicamente con dirección al año 2046. Todos los que se subían lo hacían con el mismo propósito: recobrar los recuerdos perdidos. Se decía que en 2046 nada cambiaba. Nadie sabía a ciencia cierta si eso era verdad, porque ninguno de los que viajaron regresó jamás. Con una excepción. Él estuvo allí. Se marchó voluntariamente. Quería cambiar. La trama representa una metáfora sobre las diferentes maneras de superar los amores imposibles del pasado y el miedo al amor futuro, a través de diferentes historias con el nexo común del protagonista.

"No sirve de nada encontrar a la persona indicada si el momento no es el adecuado", afirma el personaje. Wong Kar Wai plantea, con esta película, que el amor es una cuestión de tiempo.



El amor en los tiempos del cólera (2007), de Mike Newell 


Adaptación de la famosa novela del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez. La historia se desarrolla a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la costa caribeña de Colombia, en tiempos convulsionados por guerras civiles que azotan al país. A las ciudades costeras llega la epidemia del cólera y los "síntomas del amor se confunden con los de esta enfermedad”. Florentino Ariza (Unax Ugalde/Javier Bardem) es un poeta que se enamora locamente de Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno), una joven que pertenece a una familia acaudalada, pero las diferencias sociales y de carácter los separan. Florentino durante su vida sostiene amores clandestinos con diversas mujeres, unas viudas, otras solteras, pero su único objetivo es lograr que Fermina esté con él, por lo que espera pacientemente por más de 50 años el día en que el esposo de Fermina muera para poder tratar de reconquistarla, pero nada será tan fácil después de tantos años.



Bonus: Momentos (1981), de María Luisa Bemberg


Lucía (Graciela Dufau) se casa a los veinte años. Es intensamente feliz durante un año, al fin del cual su marido muere y ella pierde el hijo que esperaban. Se vuelve a casar con Mauricio (Héctor Bidonde), un hombre grave, serio, acongojado por no poder darle el hijo que ella ansía. La ama profundamente. Así pasan los años y las heridas de Lucía se van cicatrizando. La envuelve la serenidad de su marido, se amodorra emocionalmente. Un día conoce a Nicolás (Miguel Angel Solá). que se enamora casi sin conocerla. Ella, poco a poco, se deja contagiar por un fervor que le recuerda otros tiempos que creía olvidados. Con premeditación, se lanza a esta aventura como un último intento de revivir la pasión de sus veinte años.

La película presenta una de las preocupaciones primordiales de Bemberg: el lugar de las mujeres en un espacio que, a priori, parece construido por y para los hombres. La precisión de la puesta en escena, los paisajes marplatenses, el equilibrio de cada uno de los planos dan cuenta de la notable madurez de una directora que parecía saber exactamente hacia dónde se dirigía.



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